miércoles, 9 de diciembre de 2009

El hombre en el mundo



El Informe 2009 de Amnistía Internacional pone de relieve el hecho de que el mundo está en plena crisis de derechos humanos. Estamos sentados sobre una bomba de relojería social, política y económica que estallará si no se resuelven los problemas relacionados con los derechos humanos.
Miles de millones de personas en todo el mundo están sufriendo inseguridad, injusticia e indignidad, y, aunque muchos aspectos de esta crisis preceden al declive económico, es evidente que la coyuntura financiera mundial está multiplicando sus efectos adversos.
Más personas se han visto arrastradas a la pobreza y expuestas a un peligro mayor de sufrir violaciones de derechos humanos. En África, la crisis alimentaria, afectó de manera desproporcionada a los grupos vulnerables. En Asia, con la drástica subida del costo de los alimentos, los combustibles y otros productos , millones de personas han pasado a engrosar la población que ya vivía en la pobreza.
En Oriente Medio y el Norte de África, la crisis económica y la subida del precio de los alimentos afectaron a quienes ya eran pobres o estaban muy cerca de serlo, mientras que en Europa, varios Estados reclamaron la intervención del Fondo Monetario Internacional para que apoyara sus economías. En toda la región, las diferencias entre ricos y pobres siguieron siendo abismales.
También ha quedado patente una mayor represión derivada de la recesión: las protestas generadas por la pobreza, la desigualdad económica o la falta de justicia se reprimen brutalmente.
En América Latina y el Caribe, donde más de 70 millones de personas viven con menos de un dólar al día, la pobreza, la desigualdad y la discriminación han hecho que aumente el número de personas pertenecientes a comunidades indígenas privadas del derecho a asistencia médica, educación, agua limpia y vivienda adecuada.

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