Este 27 de octubre la noticia sacudió a todos. La muerte de Nestor Kirchner tiene una profunda significación en esta Argentina que despertó al siglo XXI con un nuevo liderazgo encarnado por el primer presidente patagónico de nuestra historia.
Muchos son los sentimientos que surgen ante este repentino adiós.
Los medios del mundo se han ocupado de manera ininterrumpida de la noticia. No cabe ninguna duda que perdimos al lider más importante de las últimas décadas. Luego de la crisis terminal que nos dejó el liberalismo económico, fue él, quién marcó el cambio de rumbo que la sociedad reclamaba: La recuperación del ingreso, caída del desempleo, crecimiento económico con distribución de ingreso, Juicio y castigo a los genocidas, desendeudamiento con el FMI, fue protagonista clave cuando se rechazó el ALCA propuesto por EEUU y máximo líder de la unidad de Sudamérica. Podríamos escribir libros y libros sobre las reinvindicaciones históricas que impulsó durante su mandato. Pero lo más importante, creo, fue recuperar la esperanza y los sueños en el país. Decidídamente el pueblo volvió a su escencia y siente hoy un profundo pesar. Muchos se estarán preguntando ¿que será de nosotros?.
Mientras los saludos a la presidenta se multiplican desde todos los confines del mundo, la Argentina llora.
Ha muerto un gran hombre, su figura irá creciendo de ahora en más en la conciencia de una nación que estuvo en el infierno, fue el artifice indiscutivo en la reconstrucción de la dignidad para millones de personas.
Argentina despide a Kirchner con todos los honores y reconoce la grandeza de un líder brillante.
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