Fueron un puñado de intensas e increíbles tardes y noches con el "Mago de los vagos", me tocó también naufragar con el mítico integrante de Los Beatniks.
Bien entrada la década de los noventa nos juntábamos
a tocar en Los Hornillos un grupo de
amigos entre los que había un par de grandes músicos : Adrian Piemonte (Pucho), Gastón Fernandez (Gas) Mariano Osses (Billy) . En aquel momento me había comprado una guitarra Squier Strato (Japan) y me fascinaba usar todo tipo de pedales.
Como un vecino más del barrio un día apareció en casa Alejandro
Sokol y a partir de ese momento surgió una amistad cargada de música.
Sokol, que estaba grabando “Amor Seco” junto a
Las Pelotas, vivía con Lila y sus tres hijos entre Las Calles y Paso de Las Tropas , en una chacra donde también vivía Pajarito con su mujer Patricia.
Quiso el destino que la aventura se
consumara y de pronto la idea primitiva de una banda que se llamara ”Calamares
en su tinta” había pasado al mundo de la materia.
Un día en "la
Yola " nos encontramos con el Pájaro, venía de editar su disco con forma de pizza “En el 2000…también” producido por Alejandro Medina.
De repente estábamos tocando con él, tenía en ese momento una Squier Stratocaster blanca en la que pelaba solos exquisitos. Era una estrella de rock.
Con Pajarito, la banda sonaba como una extraña mixtura de tango, blues y rock urbano extraviado en el
paisaje rural de Paso de Las Tropas.
Pajarito era además
un comunicador , un laburante del espectáculo underground.
De esa banda y de aquellas inolvidables zapadas quedaron algunas actuaciones en
un bar ubicado en ruta 14 frente a la entrada a las Calles, en las que nos divertimos
mucho, la guitarra y la voz de Pajarito sonaban prístinas, cargadas de potencia.
Hoy del bar quedan sólo ruinas. Pasaron casi
20 años.
En el ocaso de aquella temporada veraniega surgió la posibilidad de hacer un concierto en el
Anfiteatro Municipal de Mina Clavero.
El recital finalmente se llevó a cabo, la
banda sonó muy bien, pero fue un naufragio, apenas una decena de espectadores
habían concurrido al evento.
Más adelante se abrió un local llamado "Gong", a
una cuadra del centro de Mina Clavero.
Era una noche
alucinante, tocamos el repertorio ante un público que llenó el local, en el concierto hacia algunas intervenciones el Mimo Julio Visconti creando figuras en el aire . De verdad la estábamos pasando bien: "Super Rockero","La Claridad", "Lulu (aguantame el amor)", "dime si hay sol", "dame tu mejor canción" y demás blues.
Al terminar la
primera parte de la actuación, Pajarito
comenzó a pasar el sombrero para recoger
el salario de la noche, mientras nos aprestábamos a tomar unos tragos y a disfrutar del relax,
todos contentos.
Simultáneamente en la calle ocurriría algo que
transformó la noche en un infierno:
Uno de los asistentes al espectáculo que salía medio
tambaleante del bar dejó caer una botella de cerveza al piso al tiempo que un
auto policial pasaba por el lugar. A los cinco minutos había
decenas de policías y patrulleros que ingresaron al local gritando que “nadie se
mueva”.
Se apagó todo, se terminó la música.
A la
presencia intimidante de los hombres de
azul se interpuso la voz desafiante de Pajarito Zaguri rompiendo el silencio: “Muchachos vayan
a patrullar las calles, les vamos a
subir el sueldo”, “quien te crees que sos para venir a interrumpir el espectáculo”, “ pórtense bien
muchachos, para eso les pagamos el sueldo”… dueño de un humor ácido e inteligente el rey del rocanrol
se les reía en la cara .
Entendí que Pajarito Zaguri era mucho más que el mito fundacional del rock en español, se trataba de un rebelde, un activo defensor del territorio de la contracultura, claramente encarnaba una resistencia que excedía el plano musical.
La discusión con los policías se prolongó en la esquina por más de 20
minutos hasta que el comisario que no tenía nada que decir ni motivos que justificaran el despliegue, decidió llevarlo detenido.
Se apagó la banda. El encierro de Pajarito en el
verano de 1996 se prolongó por
una semana, le fue aplicado el entonces flamante Código de Faltas cordobés (el comisario es el Juez ) y la pasó muy mal.
Luego de estar preso en Mina Clavero Pajarito Zaguri
regresó angustiado a Buenos Aires con la idea de olvidar, o no tocar más acá, no volver. Fue un triste naufragio y el fin de Los Calamares.
Pero pasó el tiempo y el rey del rocanrol siguió
rodando, tocando, siempre en la vanguardia, recorriendo las noches porteñas, haciendo su rock barrial y viniendo a Traslasierra a tocar con su gran amigo Ricardo Curtet. Fue asì hasta el final.
Quizá la mejor manera de definirlo sea como un gran artista de vanguardia, contemporáneo
de los Beatles o los Stones, pero acá,
en Argentina.
Su arte alcanzó una calidad musical que lo pone entre los próceres
elementales del rock vernáculo.
Su vida fue una ráfaga que quemaba, un fuego difícil de apagar.
Se fue de este mundo a los 71 años el 22 de abril de 2013.
Tal vez no tuvo todo el reconocimiento que se merecía, pero eso a él poco le importaba.
“La fama es puro cuento” solía decir el viejo lobo suburbano, autentico por sobre todas las cosas .
Su enorme generosidad nos dejó a todos los mejores recuerdos y un legado artístico extraordinario.
Yo he visto a Pajarito, fue sin dudas el rey criollo del rockandroll-
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